martes, 24 de febrero de 2009

Han pasado muchos días, pero ha sido complicado escribir, primero, cuando no hay una máquina al alcance, y dos, cuando hay tanto trabajo. Para los interesados, por diferentes cosas, en lo que es el rollo de menores infractores, dejo la información para documentar, no su optimismo, sino en este caso su conciencia social.
Dejo esto para quienes puedan ayudar a los chavos, ya sea nomás con la buena vibra, o con los contactos de alguien que quiera hacer donaciones o que quiera participar en actividades como una cascarita de futbol, un taller cultural o lo que se les ocurra. La idea es presentar a estos chavos la diversidad de cosas chidas que pueden hacer en su vida cuando salgan (porque van a salir) y que dejen atrás la delincuencia.
Ya tenemos la experiencia de casos exitosos, chavos que quieren dedicarse al teatro, las artes plásticas y otro a la gastronomía. Lo anterior porque dentro de "la corre" como ellos dicen, llevaron talleres en los que descubrieron que tienen dotes para las artes.
Eso de la rehabilitación y la reinserción a la sociedad es difícil, pero es bien cierto que a través del arte y la cultura a estos chavos sí les cambia su forma de pensar y de ver la vida, porque a través de sus trabajos en teatro, pintura o escritura se muestran tal y como son. Con todo respeto para los psicólogos, en las terapias los chavos dicen lo que su terapeuta quiere escuchar, la mayoría de las veces. Sin embargo, a través del arte sacan todo lo que tienen dentro, lo que no han podido expresar y lo que los identifica en su totalidad.
Bueno, en eso ando. Les dejo la información.

Tratamiento a Menores

Desde el 6 de octubre del año en curso lo que se conocía como Tutelares para Menores, ahora son Comunidades para Adolescentes. Lo anterior debido a una reforma que se hizo a la Constitución en la que se establece que cada estado se hará cargo de sus menores infractores, por lo que de administración federal pasa a local.

El Gobierno del Distrito Federal creó la Dirección Ejecutiva de Tratamiento a Menores, la cual pertenece a la Subsecretaría de Sistema Penitenciario y ésta a su vez depende de la Secretaría de Gobierno.

Los jóvenes que reciben tratamiento son menores de 18 años y mayores de 14 y llegan por diferentes delitos. El tiempo máximo que pueden permanecer internos es de cinco años.

Los Centros en los que se da tratamiento a los adolescentes son los siguientes:

Comunidad de Diagnóstico Integral para Adolescentes, a donde llegan primero los chicos y ahí se determina su situación jurídica y el tratamiento que deben seguir. La población es de aproximadamente 500 jóvenes. Está en Obrero Mundial esquina Petén.

Comunidad Especializada para Adolescentes “Dr. Alfonso Quiroz Cuarón”, aquí están los jóvenes que han tenido problemas más severos o en otros centros. La población es de 19 adolescentes. Está en Petén y Obrero Mundial.

Comunidad para Adolescentes, mejor conocida como San Fernando por ubicarse sobre la avenida del mismo nombre. Es la comunidad más grande, tanto por su edificio como por población, más de 500 jóvenes. Aquí se tiene la oportunidad de organizar varias actividades porque se puede trabajar con varios grupos. Está ubicada en San Fernando núm. 1, cerca de la Zona de Hospitales.

Comunidad para el Desarrollo de Adolescentes, aquí llegaron más de cien jóvenes que estaban en Diagnóstico y está en Periférico Sur, cerca del TEC de Monterrey.

Comunidad para Mujeres, aquí hay 22 chicas, tres de ellas con bebé y en un espacio anexo están las jóvenes de Diagnóstico, que son cerca de 20 chicas. Ambas están en Periférico Sur, cerca del TEC de Monterrey.

Otro de los centros es la Comunidad Externa de Atención para Adolescentes, en donde los chicos llevan un tratamiento al que acuden acompañados de sus padres o tutores, pero no están internos. Ellos están en su casa y sólo siguen su proceso, la población es de aproximadamente 700 jóvenes. Diario llegan entre papás y adolescentes 170 personas. Su ubicación es en San Antonio Abad 124.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Al Mictlán a través de un viaje a las estrellas

Como la mayoría ya lo sabe, el gran maestro Jorge Reyes falleció la noche del sábado debido a un infarto. Un hecho inesperado, él estaba viendo una película en casa, junto a su esposa Arianne Pellicer (la otrora Nina de los Cachunes y musa de los punkies mexicanos en ciernes), se levantó para ir a otro cuarto de la casa y no regresó. Horas después Arianne lo fue a buscar y ya Jorge Reyes había emprendido el camino al Mictlán.
Ese camino que tantas veces recorrió a través de sus conciertos, esos memorables encuentros en los que a través de la música y la danza narraba cómo los muertos tenían que recorrer diferentes instancias para llegar al final. Algunos recordarán esos magníficos espectáculos que Reyes solía presentar en el Espacio Escultórico la noche de muertos. Veladoras encendidas en medio de la más negra noche, iluminando el círculo que conforma ese espacio del Centro Cultural Universitario, cantos y música hecha con el cuerpo, y hasta caballos corriendo entre la audiencia.
Jorge Reyes fue un músico que se adelantó a su tiempo. Exploró los sonidos ancestrales como nadie y los fusionó con la música electrónica. A ello poco a poco fue agregando más elementos visuales, resultado también de sus investigaciones y colaboraciones con músicos europeos, quienes siempre con gusto vinieron a México a presentarse con el Maestro. Como Suzo Saiz y Steve Roach.
Dentro de las investigaciones de Jorge Reyes la herbolaria fue muy importante, tanto que él mismo preparaba infusiones, podría decirse que mágicas y medicinales. Para todo tenía un remedio y con la seriedad que lo caracterizaba, pero también con dulce calidez, siempre compartía alguna receta o "pócima" cuando uno le decía que tenía alguna dolencia.
Su calidad musical es incuestionable, así cmo su presencia escénica. Pero como persona Jorge era mucho más que eso. Era un hombre sensible, que siempre tenía las palabras perfectas para reconfortar a sus amigos. Un hombre sumamente inteligente que sin recato alguno expresaba lo que sabía y hablaba, hablaba, hablaba. En diferentes idiomas y era un agazajo escucharlo, observarlo, sentirlo.
Jorge siempre tuvo el tacto de no perder de vista a sus amigos. Una llamada, una carta, algo, pero siempre estaba presente. El detalle de preguntar siempre por la familia y los seres queridos era otra de sus características. También era muy paciente, sobre todo con las personas mayores, con las mamás de sus amigos, con quienes platicaba y les regalaba la más dulce de sus miradas. Cuánto se lo agradezco y mi querida madre también, con quien solía tener largas conversaciones telefónicas.
Gentil, sensible y mágico. De él me queda el recuerdo de su magia, de su forma de ver la vida. De cómo llegó a casa la última vez, con su pantalón de jaguar y la noticia de que estaba grabando los sonidos de Michoacán. Y junto a él llegó una mariposa blanca que entró por la ventana y Jorge, cual noble hechicero, lanzó la bendición a todo lo que me rodeaba con la simples palabras: todo va a salir bien. Y así fue.
El sábado 31 de enero Jorge Reyes fue el anfitrión en la Noche de las Estrellas, cuando en el Zócalo invitó a miles de personas a mirar hacia el cielo y dejar que las estrellas contaran su historia. En medio de telescopios, performances y científicos, Jorge Reyes nos guió por un camino astral hermoso. A través de su música fue más fácil llegar hasta el cielo y ver los cráteres de la luna en todo su esplendor. Las nubes se abría al tiempo que el maestro, con maquillaje de calavera y con sus amigos danzantes de Nok Niuk, realizaba el ritual astral y en otro plano nos develaba los misterios del cielo.
Es por eso que creo que Jorge se fue derechito a las estrellas antes de bajar al Mictlán, porque esa fue su última presentación. Fue el encargado de inaugurar las actividades del Año Internacional de la Astronomía y de hacer que miráramos hacia el cielo acompañados de su música. La luna llena lo iluminó esa noche y el día de su partida brilló más que nunca y hasta se sonrojó, porque la noche de su partida se puso colorada, una luna que como dijo el Chico Migraña, le rindió homenaje al Maestro.
Jorge, con un te de hierbas, bajo la luz de la luna y escuchando tu música, brindo por ti.

jueves, 5 de febrero de 2009

La marca Gibson publicó una lista con los 50 mejores solos de guitarra. Aportes a la historia de la música y sin duda alguna, pilares de lo que actualmente se hace y de lo que en el futuro existirá. Disfrútenlo y si lo musicalizan, mejor.
Stairway To Heaven, con Jimmy Page de Led Zeppelin.
Eruption, con Eddie Van Halen de Van Halen.
Free Bird con Allen Collins y Gary Rossington de Lynyrd Skynyrd.
Comfortably Numb con David Gilmour de Pink Floyd.
All Along The Watchtower de Jimi Hendrix.
November Rain con Slash.
One con Kirk Hammett de Metallica.
Hotel California con Ben Felder y Joe Walsh de The Eagles.
Crazy Train con Randy Rhoads, Ozzy Osbourne.
Crossroads con Eric Clapton de Cream.
Voodoo Child (Slight Return) con Jimi Hendrix.
Johnny B. Goode con Chuck Berry.
Texas Flood con Stevie Ray Vaughan.
Layla con Eric Clapton, Duane Allman para Derek and the Domino.
Highway Star con Ritchie Blackmore de Deep Purple.
Heartbreaker con Jimmy Page de Led Zeppelin.
Cliffs of Dover con Eric Johnson.
Little Wing con Jimi Hendrix.
Floods con Dimebag Darrell de Pantera.
Bohemian Rhapsody con Brian May de Queen.
Time con David Gilmour de Pink Floyd .
Sultans of Swing con Mark Knopfler de Dire Straits.
Bulls on Parade con Tom Morello de Rage Against the Machine.
Fade to Black con Kirk Hammett de Metallica.
Aqualung con Martin Barre de Jethro Tull .
Smells Like Teen Spirit con Kurt Cobain de Nirvana.
Pride and Joy con Stevie Ray Vaughan.
Mr. Crowley con Randy Rhoads para Ozzy Osbourne.
For the Love of God con Steve Vai.
Surfing with the Alien con Joe Satriani.
Stranglehold con Ted Nugent.
Machine Gun con Jimi Hendrix.
The Thrill is Gone con B.B. King.
Paranoid Android con Johnny Greenwood de Radiohead.
Cemetary Gates con Dimebag Darrell de Pantera.
Black Star con Yngwie Malmsteen.
Sweet Child O' Mine con Slash de Guns N' Roses.
Whole Lotta Love con Jimmy Page de Led Zeppelin.
Cortez the Killer con Neil Young.
Reelin' in the Years con Elliot Randall.
Brighton Rock con Brian May de Queen.
While My Guitar Gently Weeps con Eric Clapton para The Beatles.
Sharp Dressed Man con Billy Gibbons de ZZ Top.
Alive con Mike McCready de Pearl Jam.
Light My Fire con Robby Krieger de The Doors.
Hot For Teacher con Edward Van Halen de Van Halen.
Jessica con Dickey Betts de Allman Brothers.
Sympathy for the Devil con Keith Richards de Rolling Stones.
Europa con Carlos Santana.
Shock Me con Ace Frehley de Kiss

miércoles, 4 de febrero de 2009

Global Metal
Dentro del mundo de la música, dentro de sus tantas variantes, el género del heavy metal es uno de los más interesantes. No es necesario ser un erudito en el tema para quedar cautivado con las historias que giran en torno a los grupos de metal, sus experiencias y anécdotas; pero sobre todo, sus canciones.
Muchas rolas resultan pegajosas y hasta las tararea uno cuando las escucha al pasar por algún puesto del Chopo. Sin embargo, conocer de dónde salieron esas canciones, por qué fueron escritar y el contexto en el que fueron creadas, da otro sentido al momento en el uno las escucha.
El saber de dónde salieron las bandas, cómo se formaron y de dónde viene cada uno de los integrantes, alimenta esa interesante información que, insisto, sin que alguien sea metalero, al conocer sobre esto queda cautivado.
Si de rock la literatura no es muy amplia, del heavy metal es mucho menos, así como el material audiovisual. Por eso cuando aparece algo que hable de este tipo de música, el melómano no puede dejarlo ir y hay que conseguirlo a toda costa.
Eso sucede con el documental Global Metal, realizado el año pasado por el canadiense Sam Dunn. Es un trabajo totalmente profesional en el que el sociólogo, metalero también, recorre diversas ciudades del mundo para investigar qué sucede en materia del heavy metal.
Es así que en lugares como Japón, India, China, Israel, Indonesia y Dubai, el investigador entrevista a jóvenes que han tenido que buscar de diferentes maneras cómo allegarse de su música favorita, ya sea en el mercado negro, el internet, por amigos hijos de diplomáticos o por la aventura de viajar a otros lugares.
Esos mismos jóvenes, muchos sin dejar a un lado su religión , se han unido a bandas de metal y tal como pasaba en México hace 30 años, se reúnen para tocar en lo que sería el equivalente a los hoyos fonkies, o sea, en la clandestinidad.
Entrevistas, imágenes, testimonios y un panorama rela de los que sucede en esos lugares, algunos en total estado de guerra, es lo que conforma este material que se complementa con la opinión de personalidades como Max Cavalera, Dave Murray, Lars Ulrich y Bruce Dickinson, entre otros.
Interesante investigación para alimentar la cultura general, la melomanía y claro, para los amantes del metal.